La
cocina es la estancia donde más energía, agua y gas suele consumirse en el
hogar. Hoy
en día, cualquier ahorro es importante. A veces, tenemos en cuenta ciertas creencias que hemos ido escuchando, en muchas
ocasiones resultan falsas y sólo consiguen el efecto contrario.
Quizás te sorprenda lo que vas a leer a continuación, ¡toma nota!
1. Mantener los
fluorescentes de la cocina encendidos consume menos que encenderlos y
apagarlos: FALSO.
Este típico consejo
que habrás escuchado de un amigo o incluso un familiar es totalmente falso. El encendido de estos supone un
sobreconsumo, pero de apenas un fracción de segundo, por lo que nunca
compensará el hecho de dejarlos encendidos permanentemente. Lo que sí que debemos destacar de los
tubos fluorescentes, a diferencia de los LED, es que hecho de encenderlos
y apagarlos en repetidas ocasiones puede acortar su vida. Sea como sea, lo mejor es optar siempre
por bombillas de bajo consumo que
suponen un ahorro energético real.
2. Los aparatos
en standby no consumen electricidad: FALSO.
3. Usar el
lavavajillas gasta más que lavar los platos a mano: FALSO.
Pese a lo que se pueda
llegar a pensar, el lavar a mano consume más que usar el lavavajillas. Y es
que, pese al gasto de luz que este electrodoméstico pueda suponer, siempre que se trate de un
lavavajillas eficiente, el lavado
a máquina puede llegar a ahorrar hasta un 40% más de agua y un 10% de energía. Eso sí, a la hora de poner el
lavavajillas deberemos de elegir el programa más adecuado para el tipo de carga
que tenga en ese momento y así evitaremos derroches innecesarios.
Si cocinamos con gas,
poner la llama al máximo no supondrá que la comida se haga antes, ya que las
llamas que sobresalgan de la base del recipiente, no sólo no lo calentarán, si
no que, además, quemarán la olla o la sartén. Por eso, a la hora de cocinar, siempre debemos fijarnos que la llama se
ajuste a la base del recipiente que estemos utilizando en ese momento, para evitar derrochar
energía. Lo que sí que ayudará
a que la comida se haga antes es el uso de tapas tanto en ollas, como en
sartenes, ya que no se perderá el calor y el mismo vapor de los alimentos
ayudará a acelerar la cocción. Este consejo también se puede aplicar para
aquellos que cocinen con vitrocerámica eléctrica o de inducción.
Las griferías
monomando (aquellas que disponen de una sola palanca para ajustar el caudal y
la temperatura), ayudan a
ahorrar respecto a las
bimando o los grifos individuales, siempre
y cuando se utilicen correctamente. Esto es, cada vez que se abra el grifo,
si no se necesita agua caliente, éste debe estar en posición de frío, ya que si
no estaremos haciendo que la caldera se ponga en marcha, aunque esta no llegue
a producir agua caliente, generando unos picos de energía que suponen un
derroche de la misma.
6. La cocina de gas
gasta más que la eléctrica: FALSO.
Pese a que son mucho
más actuales, las cocinas
vitrocerámicas consumen hasta cuatro veces más que las de gas. Además, la electricidad es mucho más
cara que el gas pese a sus múltiples ventajas. Por ello, si disponemos de
una cocina con vitrocerámica eléctrica lo ideal es que utilicemos menaje
adecuado para este tipo de placas con el fondo grueso difusor, de esta manera
lograremos una temperatura más correcta y homogénea en todo el recipiente. Hoy en día tenemos la opción
de elegir placas combinadas en
las que nos encontraremos con fogones de gas y hogares de vitrocerámica, todo
en uno. También hemos de tener en cuenta que las vitrocerámicas de inducción son
mucho más eficientes y gastan
menos que las vitrocerámicas convencionales.
Algunos consejos extra para ahorrar energía en la cocina:
No hay comentarios:
Publicar un comentario
¡Deja tu comentario!